altura1.75 y pesaba 70 kg.
Casa Gould
32, Southwood Dive (Beaufort Rd.
2)
HO 9422
"La lentitud es algo que llegó tarde a la vida de
Gould".
Una admiradora
“Bach fue el mayor inconformista
de la historia de la música,
el ejemplo supremo de una
conciencia artística independiente
que permanece al margen del
proceso histórico colectivo”.
Glenn Gould
La silla de Glenn Gould - AITIM
Julio-agosto-2007
No vale una silla cualquiera. Durante
toda su vida y en todos sus conciertos, Glenn
Gould tocó sobre una silla especialmente realizada para él y donde sus
crujidos característicos llegaron a ser un distintivo musical del pianista.
Nació en una familia muy musical.
Su madre Florence era profesora de piano. Estando encinta de Glenn, tocaba muy a menudo piezas
clásicas porque ella soñaba tener un hijo músico. Cuando nació, desde muy
pronto, adoraba estar en el piano sobre las rodillas de su abuela. Pero nunca
golpeaba las teclas con la palma de la mano como hacen la mayor parte de los
niños, tocaba siempre con delicadeza sobre una tecla cada vez, mantenía el dedo
apoyado mucho tiempo y escuchaba con atención hasta que el sonido se
desvanecía.Marta Ratti Oleo |
A
partir de los tres años su madre comenzó a darle regularmente lecciones de
piano, tenía un oído extraordinario. Aprendió a descifrar las notas antes que
saber leer. A los cinco años componía sus primeras canciones y declaró a su
padre: yo seré concertista de piano.
No se sabe a ciencia cierta cuando
empezó a usar la silla. Formaba parte de los muebles de la casa.
Bert, su padre le
recortó las patas, porque tenía 8 años. Glenn
era entonces alumno de Alberto Guerrero,
el célebre pianista y director de orquesta chileno. Éste había pensado para
Glenn un sistema complicado de ejercicios de dedos y le presionaba
continuamente la espalda hacia bajo cuando tocaba. Glenn resistía la presión
pero el profesor era más fuerte. Más tarde se colgaba prácticamente del
teclado, era la consecuencia de los métodos de Guerrero.
Hacía falta para ello una silla baja
para que el teclado estuviera a la altura de los ojos. Glenn comenzó a llevarse la silla a todos lados, salas de concierto,
estudios de grabación hasta hacerse inseparable de ella. Para Glenn era importante tocar sobre esta
silla y se hizo totalmente dependiente de ella. Conocía todos sus parámetros
técnicos. Gracias a los 8 cm que Bert
le había cortado, podía tocar a la altura que más le convenía. Gracias a ella
mantenía una relación muy particular con su instrumento, podía sentarse muy
cerca del piano, los ojos a la altura de las teclas. Gracias a ello obtenía esa
sonoridad tan característica. Glenn
no comprendía a los pianistas que se encontraban con su taburete sólo momentos
antes del concierto. Existen multitud de anécdotas sobre la silla, muchas de
ellas falsas. Lo que es cierto es que sufría de la espalda y su gran respaldo y
su asiento duro era justamente lo que necesitaba. Sobre un taburete de piano
normal se habría destrozado la espalda. Sin embargo en pleno éxtasis musical Glenn se desplazaba sobre el borde del
asiento. La silla se convirtió en un objeto de culto y gracias a ella se
acordaba de su infancia, una infancia feliz en Toronto (Canadá). Gracias a ella
no se sentía solo porque siempre había un miembro de la familia cerca de él.
Actualmente se conserva en la Biblioteca Nacional de Canadá en el mismo estado
de deterioro en que la dejó su dueño. Como es sabido Glenn Gould ha sido uno de los pianistas más importantes del siglo
XX sobre todo por sus virtuosas grabaciones de las obras para teclado de Johann Sebastian Bach. Abandonó los
escenarios en su momento de gloria para dedicarse a grabar. En su vida personal
fue un excéntrico encantador y genial. Murió súbitamente de un ataque de
apoplejía en 1982 a los 50 años, en la fecha que él mismo había predicho con
antelación.
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