Monasterio de Piedra
Está
ubicado a 204 km de Madrid por la A2 (salida Alhama de Aragón – Monasterio de
Piedra) o por la salida 231 (Nuévalos – Monasterio de Piedra).
Se
puede ir en Ave Madrid – Zaragoza – Barcelona o el tren llamado Alvia, con
parada en Calatayud. Tarda 57 minutos desde Madrid, y 2 horas 10 desde
Barcelona.
Yo fui en auto, a mi regreso desde Cardedeu a Madrid, que son 644 km, como conducía solo (no viajo en transporte público por el pánico de poder contagiarme el coronavirus), hice una parada técnica, en el Monasterio de Piedra.
Antes
de llegar me encontré con un edificio de aspecto fabril, cerrado como si de un
silo de almacenaje de granos se tratara. Con una casa de techos a dos aguas.
Sorprendente.
Pone
Sala de Arte en su torre, cerrada en sus lados verticales, tiene una
(excelente) ventana vertical, que uno podría pensar que indica las escaleras o
circulación vertical. Las molduras, enmarcan los volúmenes.
Hay
un contraste amable entre el conjunto de las torres y un basamento de techos a
dos aguas, de teja.
Un
cartel señala que Alhama de Aragón está a 14 kilómetros.
En su fachada se lee, Bronces, Cuadros, Regalos, Antigüedades, Exposiciones, Productos típicos de Aragón, Artesanía, Cava, Vinos.
Está en el pueblo de Nuévalos en Zaragoza.
tel + 976 870 700.
La habitación doble, uso individual, con desayuno y parking cuesta alrededor de 90 € (sept 2020).
MONASTERIO DE PIEDRA
Claustro del Monasterio
Del siglo XIII, fue consagrado en 1218. (1)
Es un ejemplo de la arquitectura Cisterciense desarrollado por los monjes en la construcción de sus abadías a partir del siglo XII, que correspondió al momento de la expansión inicial de esta orden religiosa.
La orden cisterciense nació como una reforma de la
cluniacense, con el deseo de eliminar todo el peso que ejercían en la vida temporal.
Por eso buscan el yermo, es decir lugares empobrecidos, solitarios como lugar
de emplazamiento para sus monasterios.
Una arquitectura que prescinde de adornos, en consonancia con los preceptos de su orden de ascetismo riguroso y pobreza. Se inscribe en el final del románico, con elementos del gótico inicial, lo que se ha llamado "estilo de transición".
Los muros del monasterio del siglo XIII, esconden ocho siglos de historia desde su Consagración, en 1218.
En ellos se pueden contemplar los espacios característicos de la arquitectura Cisterciense, la Iglesia es el edificio central, con un claustro anexo en torno al cual se disponen las estancias monacales: Sala Capitular, Cillería o almacén, Cocina, Refectorio y Calefactorio.
El Hotel tiene sus habitaciones en donde estaban
las celdas que utilizaban los monjes diseñadas para poder observar el
aislamiento y la clausura.
PARQUE JARDIN HISTORICO
Un paisaje sorprendente donde caminos y senderos cruzan cascadas, arroyos, lagos y grutas, a la sombra de árboles centenarios y una excepcional vegetación.
Cascada la Caprichosa
Su insólito emplazamiento geológico alimentado por el Río Piedra, configura un espacio único con una asombrosa variedad de flora y fauna. No por casualidad se creó aquí hace 150 años la primera piscifactoría de España, y está considerado un ecosistema de extraordinaria riqueza biológica.
HISTORIA
DEL MONASTERIO
El Monasterio
se construye en la transición del Románico al Gótico.
Los monjes vivieron en este Monasterio alrededor
de 6 siglos.
La fundación del Monasterio de Piedra se relaciona con un doble marco histórico: Es parte del fenómeno de las repoblaciones de la segunda mitad del siglo XII y también es un brillante capítulo de la expansión de los cistercienses por la Península Ibérica.
Alfonso II de Aragón (1157 – 1196) apodado el Casto o el Trovador, fue rey de
Aragón y Conde de Barcelona entre 1164 y 1196 (desde 1166 marqués de Provenza), y su
esposa Sancha de Castilla (1174 – 1208), donaron a los monjes
de Poblet, el Castillo de Piedra (castrum Petrae) con el objeto de fundar allí
un monasterio cisterciense.
A caballo entre dos estilos: del Románico al Gótico
La construcción del monasterio se realiza
en los años de transición del Románico al Gótico. El característico estilo
arquitectónico de la Orden está presente en el monasterio: Gótico Cisterciense, arquitectura sobria, austera,
sencilla y luminosa.
En mayo de 1195, Alfonso II ratificó la donación de Piedra a los monjes
cistercienses otorgándoles el dominio y jurisdicción completa sobre estos
territorios: el mero y mixto imperio, con la jurisdicción civil y criminal,
ejercida en nombre del rey. El pergamino con la donación se conserva en el
Archivo Histórico Nacional (Madrid) y en él se recoge la obligación de los
monjes a rezar una misa anual por el alma del monarca y de sus parientes.
Desde 1200 los monjes cistercienses
quedaron como únicos dueños del coto redondo del señorío, unos 30 km2,
repartidos entre los actuales términos de Nuévalos, Ibdes y Monterde.
Testigo de excepción de la historia de España
En la actualidad, la iglesia está en
ruinas como consecuencia de los años de abandono que, en el siglo XIX,
sufrieron los edificios tras la “Desamortización”.
Piedra conoció tres procesos desamortizadores.
En plena guerra de la Independencia, un
decreto de José I, de 1808, supuso la supresión de la comunidad. Los monjes
fueron expulsados en 1809 y el ejército francés saqueó la abadía, transformada
en hospital. En 1814, terminada la guerra, Fernando VII permitió a los monjes
que habían sobrevivido recomponer la comunidad. En 1820, durante el trienio
liberal, el monasterio volvió a ser suprimido, sus bienes fueron inventariados,
nacionalizados y, algunos de ellos, subastados.
En 1823, después de la entrada de los
100.000 hijos de San Luis, la comunidad volvió a restablecerse. En 1835, la
reina regente María Cristina, siendo Isabel II menor de edad, admitió la
promulgación del decreto de disolución de órdenes masculinas y la
desamortización de bienes eclesiásticos para, con las ventas, obtener los
recursos necesarios para financiar al ejército liberal que apoyaba a su hija
durante la I Guerra Carlista.
El decreto de Mendizábal de 1835
significó el fin definitivo de la comunidad de Piedra. Los bienes,
inventariados, fueron subastados en Ateca, Zaragoza y Madrid en las décadas de
1840 y 1850. Los edificios conventuales fueron administrados por funcionarios
entre 1835 y 1843, fecha en la que fueron subastados y adquiridos por D. Pablo
Muntadas Campeny por 1.250.000 reales.
Fue en los años siguientes que Juan Federico Muntadas, escritor y poeta (1826 – 1912),
transformó la huerta en un jardín paisajista y las dependencias conventuales en
una instalación hostelera e hidroterápica, a lo que añadió la construcción de
una piscifactoría que fue pionera en España, parte de cuyas instalaciones son
visitables aún hoy en el recorrido por el Parque.
Desde entonces hasta nuestros días,
Piedra se ha convertido en destino turístico, Catalogado como Monumento
Nacional el 16 de febrero de 1983 (hoy Bien de Interés Cultural), el Monasterio
de Piedra, uno de los parajes más espectaculares de Europa, es desde el 2011
Medalla al Mérito Turístico por el Gobierno de Aragón.
Notas
1
Los
textos han sido tomados y resumidos de la página www.monasteriopiedra.com,
mechado con comentarios de mis impresiones como espectador. Las fotos las he sacado yo.
gracias
hugoklico.blogspot.com
y
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