1
En el libro Cuando las
catedrales eran blancas, en el capítulo Saint-Front de Perigueux, Le
Corbusier sintetiza: «El pensamiento no tenía entonces ni fronteras ni
nacionalidad». Y más adelante: «Observemos, de paso, que nadie
sintió escrúpulos de internacionalismo cuando un abad fue enviado a Venecia
para tomar las medidas de la basílica de San Marcos con el objeto de intentar
imitarla en nuestro país ‒se refiere a Francia‒. Y la basílica de San Marcos, a
su vez, fue inspirada por la iglesia de Santa Sofía, en Bizancio».
Este texto de 1936 del gran arquitecto, maestro de maestros, me ha llevado a pensar en los lugares y espacios que asocio a la palabra fronteras, me he asombrado de la cantidad de fronteras que existen, y que junto a cada una de ellas, existen otras. Algunas dentro de nosotros, otras fuera.
Este texto de 1936 del gran arquitecto, maestro de maestros, me ha llevado a pensar en los lugares y espacios que asocio a la palabra fronteras, me he asombrado de la cantidad de fronteras que existen, y que junto a cada una de ellas, existen otras. Algunas dentro de nosotros, otras fuera.
Convivimos con ellas.
No solo las ideologías imponen
líneas que separan y discriminan, también las crean las costumbres, los
prejuicios, los sentimientos, los miedos, los intereses…
Lo que encierra una frontera
es, en muchos casos, una construcción cultural que tiene una base histórica,
donde suceden las acciones sociales y las relaciones, donde se construye un
sueño común de destino,
-me tienta agregar desatino-.
-me tienta agregar desatino-.
No es inocente la toma de
conciencia de la frontera, porque genera sentimientos de pertenencia o de
exclusión. Quien es de aquí y quien no lo es, y justamente no lo es porque no
pertenece al grupo de los de aquí.
Es un acierto que el término
elegido sea Fronteras, en plural y no en singular. El plural amplía el
panorama a analizar.
Si las fronteras existen es
para ser construidas, para poder cruzarse o también para ser destruidas, y
hacen referencia a las ciudades fortificadas, que tenían un motivo primigenio
para existir: el poder aislar y, sobre todo, diferenciar (a unos y a otros).
Preparando estas líneas recordé
algunos ejemplos, y de ellos saqué algunas ideas que comparto.
Dentro del campo de la
arquitectura, una frontera separa conceptos como el interior y el
exterior, el afuera y el adentro, lo público y lo privado,
lo lleno y lo vacío… Pero también señala el borde, la línea, zonas
de contacto, diferencias, límites… Escribe Ricardo Piglia (1941-2017) en
El camino de Ida: «En el límite, el terror garantizaba el
acceso a la palabra…».
Mark Twain (1835-1910) lo explica muy bien cuando no reconoce
peor identidad que la humana.
Es una frontera que establece el límite de lo humano; «A mi edad cuando me presentan a alguien ya no me importa si es blanco, negro, católico, musulmán, judío, capitalista, comunista... me basta y me sobra con que sea un ser humano. Peor cosa no podría ser». Mark Twain (por ello es sugestivo que a su identidad le sumara un seudónimo: Samuel Langhorne Clemens).
Es una frontera que establece el límite de lo humano; «A mi edad cuando me presentan a alguien ya no me importa si es blanco, negro, católico, musulmán, judío, capitalista, comunista... me basta y me sobra con que sea un ser humano. Peor cosa no podría ser». Mark Twain (por ello es sugestivo que a su identidad le sumara un seudónimo: Samuel Langhorne Clemens).
Si a la palabra Fronteras se le agrega la preposición sin, ampliamos su definición, muchas ONGs al añadir sin fronteras confieren una cualidad a sus acciones. La negación: sin fronteras explica por sí misma que ante la inexistencia de fronteras se amplía su territorio de acción como médicos, reporteros, arquitectos, payasos, agrónomos, psicólogos, ingenieros, dentistas… SIN FRONTERAS (hay decenas más).
Otras fronteras, son frágiles e
inestables ya que se establecen por convenciones, y han sido creadas (y
cambiadas) para hacer visible la transgresión, cuando no es respetada. Muchas
veces, tiene consecuencias y algunas de ellas muy duras, como la que vivió el
arquitecto ruso Konstantín Stepánovich Mélnikov (1890-1974)
quien realizó numerosas obras de altísima calidad; entre ellas el pabellón de
la URSS en la exposición Internacional de las Artes Decorativas e Industriales
Modernas de Paris, o sus casas obreras, e incluso su propia casa taller en
Moscú (1929) que sin embargo el régimen estalinista consideró que atentaba
contra la estética revolucionaria, a pesar de que el mismo arquitecto
manifestase que sus proyectos expresaban los valores sociales soviéticos
revolucionarios.
Mélnikov creía en el derecho y la necesidad de respetar la
expresión personal, pero ese derecho (a la expresión personal) no
era compartida por el régimen y fue caracterizado como un arquitecto
formalista, esa definición fue también un límite (que en este artículo utilizo
como una frontera más), que en aquella época de purgas se utilizó en forma
despectiva para definir a los otros.
Mélnikov fue un arquitecto utópico al que la realidad apartó de
la enseñanza y de la práctica profesional. Sin otra opción, debió vivir de su
pintura y, junto a su hijo, transformar su casa (hoy objeto de estudio y
admiración) en un museo de sus obras pictóricas. 2
Lo que iba a ser un ejemplo de
arquitectura y sistema constructivo popular, quedo como una caja vaciada de su
contenido ideológico y transformada en una sala de venta de cuadros y
exposición.
Algunos límites, parecieran ser también un límite a la creatividad, aunque Xul Solar (1887-1963), hermano espiritual de Jorge Luis Borges, consigue eludirlos como una forma natural de incentivar su creatividad. Crea un juego cuyas reglas cambian permanentemente, es posible jugar al panajedrez, (como lo denominó), pero sin reglas fijas conocidas, ya que la que se conoce es la anteúltima, la última regla la crea Xul en el momento de jugar. Reglas que no limitan su capacidad creativa y le permiten interactuar al jugar, ya que es Xul quien las recrea permanentemente. 3
Algunos límites, parecieran ser también un límite a la creatividad, aunque Xul Solar (1887-1963), hermano espiritual de Jorge Luis Borges, consigue eludirlos como una forma natural de incentivar su creatividad. Crea un juego cuyas reglas cambian permanentemente, es posible jugar al panajedrez, (como lo denominó), pero sin reglas fijas conocidas, ya que la que se conoce es la anteúltima, la última regla la crea Xul en el momento de jugar. Reglas que no limitan su capacidad creativa y le permiten interactuar al jugar, ya que es Xul quien las recrea permanentemente. 3
Xul Solar tuvo siempre el deseo de eliminar fronteras, poner en
diálogo culturas disímiles y posibilitar la creación de espacios de encuentro.
Para ello inventa el panlengua. El prefijo pan está vinculado a la idea
de totalidad o conjunto. Su objetivo no era un capricho, sino un vehículo que
permitiera unir a los pueblos.
Como ya he mencionado, sabemos
que dentro (y fuera) de las fronteras territoriales, existen otras fronteras,
más difíciles de superar, porque son aquellas en las cuales nosotros limitamos
nuestras posibilidades de cambio, como las fronteras físicas y mentales.
Por ejemplo las que limitaron
(en el supuesto que fuera posible) la creatividad a Johann Sebastián Bach (1685-1750),
trabajando en Weimar bajo las órdenes del príncipe Wilhem Ernst.
Había trabajado allí
anteriormente durante 7 meses y decide volver. Sabía que debía aceptar
fronteras políticas, religiosas y geográficas. Muchas limitaban sus intereses
musicales, entre ellas la mayor fue no conseguir el puesto que deseaba y
merecía.
Lo necesitaba para su
desarrollo profesional y para mantener a su familia, ya tenía 5 hijos –a lo
largo de su vida tuvo 20 hijos, de los que sobrevivieron 11-.
Después de 10 años de esperar
cambios en su trabajo, recibe una propuesta del príncipe Leopoldo de Anhalt para
ocupar el puesto de Kapellmeister (maestro de capilla, equivalente a director
de orquesta) en Cöthen. Una oferta difícil de rechazar pero necesita una
autorización para dejar su puesto de trabajo.
En Noviembre de 1717, con 32
años insiste en su pretensión de dejar el ducado y que se le conceda la
autorización correspondiente, por orden de W. Ernst es condenado a pasar
3 semanas de prisión. (el informe del tribunal decía: << El 6 de
noviembre de 1717, el otrora maestro de capilla y organista Bach fue
encarcelado en el Juzgado de la Corte por forzar demasiado obstinadamente el
asunto de su renuncia y finalmente fue puesto en libertad de su arresto el 2 de
diciembre con una notificación desfavorable de su despido.>>
Finalmente consigue que acepten
su renuncia (o despido), y le otorguen la autorización para salir de Weimar.
Es un período muy creativo, pudo componer la primera parte de El clave bien
temperado, los conciertos de Brandemburgo, las cuatro suites para orquesta, música de cámara y obras para violín, viola da gamba, flauta, etc., que llegan al límite de las posibilidades técnicas de los instrumentos, por nombrar solo alguna de ellas.
Bach sabía que cambiando geográficamente de lugar,
atravesando fronteras, se sentiría más libre para crear, como efectivamente
ocurrió.
A la muerte de Bach,
cuando ya no puede crear más (y nadie puede superarlo) es cuando queda
determinada una línea, una fecha que marca la terminación de la música barroca
y el comienzo de la clásica.
Es la muerte de Bach la que señala esa fecha como límite y no al revés.
Es la muerte de Bach la que señala esa fecha como límite y no al revés.
Bach, superando todas las fronteras de la música, alcanza
una cúspide que conocemos como polifonía, agregando además el conocimiento que
tenía de la música que lo precedió. En ese punto, ya no quedaba mucho más por
decir (o componer), y da comienzo la música clásica (hasta 1815) y luego la romántica
(siglo XX). 4
Bach era incapaz de amoldarse a las rutinas al protocolo y
a los caprichos de los príncipes a los que sirvió así como al séquito que los
rodeaba.
Casi 2 siglos más tarde el arquitecto americano Frank Lloyd Wright (1867-1959) decía: «La ley y las reglas están hechas para el hombre medio. Es infinitamente más difícil vivir sin reglas, pero eso es lo que los hombres de pensamiento realmente honesto y sincero están forzados a hacer».
Casi 2 siglos más tarde el arquitecto americano Frank Lloyd Wright (1867-1959) decía: «La ley y las reglas están hechas para el hombre medio. Es infinitamente más difícil vivir sin reglas, pero eso es lo que los hombres de pensamiento realmente honesto y sincero están forzados a hacer».
No respetarlas tuvo
consecuencias para él, como cuando huyó con la esposa de un cliente, y salió de
las fronteras de su estado con niños menores, cometió un delito federal que lo
obligó a vivir 2 años en Europa, y postergar su desarrollo profesional hasta
que su «falta» fue perdonada y socialmente tolerada por clientes y autoridades.
Este ir y venir de las
fronteras, me lleva a recordar la certeza de un músico, que sabía que habría un
límite al reconocimiento de una obra según quien fuese su autor. Me refiero a Remo
Giazotto (1910-1998).
El célebre Adagio en Sol menor de Tomaso Albinoni, en realidad, no es de él. Hoy sabemos que Remo Giazotto, (que nació 239 años más tarde) musicólogo italiano que clasificó y catalogó las obras de Tomaso Albinoni (1671-1751), fue el verdadero autor del conocido Adagio de Albinoni.
El célebre Adagio en Sol menor de Tomaso Albinoni, en realidad, no es de él. Hoy sabemos que Remo Giazotto, (que nació 239 años más tarde) musicólogo italiano que clasificó y catalogó las obras de Tomaso Albinoni (1671-1751), fue el verdadero autor del conocido Adagio de Albinoni.
Seguramente, Giazotto sabía
que el adagio sería más escuchado y valorado si él decía que simplemente lo
había arreglado, y no que lo había compuesto. Una línea que pocos se animan a
traspasar, dar un paso al costado, renunciando a una autoría y a un justo
reconocimiento, para beneficiar a su partitura. 5
Algún placer íntimo debió de
haberle dado, el saber que los amantes de la música no dudaban que su música,
por su calidad, podía haber sido escrita por Albinoni.
En esta sucesión de ejemplos
desearía agregar una frontera o límite más: la línea que muchas escritoras
debieron aceptar para ser leídas; como cambiar su nombre real por uno
masculino. Sin ser una frontera, si es una advertencia de hasta dónde no puedes
llegar si la aceptas o lo que es lo mismo, hasta dónde puedes llegar desobedeciendo
lo establecido. 6
Aquí, es muy oportuna esta
visión que nos da Le Corbusier acerca de lo falso, lo que es rehecho y
falsificado, al afirmar: «Creo en la importancia de la piel de las cosas, como
en el rostro de las mujeres».
Al comienzo mencioné cómo la
palabra Fronteras me había permitido pensar en personajes y lugares, y
pude reconocer una gran cantidad de fronteras «interiores» que existen dentro
de las fronteras «exteriores», las que identifica a aquellos que están o han
quedado juntos o separados, son fronteras no siempre deseadas, y generalmente
impuestas.
Podría pensarse que las
fronteras no enriquecen, sino que por el contrario cercenan y al mismo tiempo
dividen, identificando a quienes están de uno u otro lado.
Pero,
también podría contradecir el párrafo anterior, diciendo que los arquitectos,
tratamos de limitar (aunque sea conceptualmente) el espacio, y nos manejamos
con superficies y volúmenes acotados, muchos pensamos que esa idea enriquece el
espacio.
Cuando Le Corbusier (1887-1965) -seudónimo de Charles Édouard Jeanneret-Gris- en la Ville Savoye en Poissy, abre una ventana en una terraza, enmarcando una vista, no entendemos ese enmarque como una limitación a la vista generosa de un territorio abierto, sino que al limitar lo extenso, le da una propiedad particular, permite apreciarla de otra manera, le hace un homenaje a esa belleza.
Cuando Le Corbusier (1887-1965) -seudónimo de Charles Édouard Jeanneret-Gris- en la Ville Savoye en Poissy, abre una ventana en una terraza, enmarcando una vista, no entendemos ese enmarque como una limitación a la vista generosa de un territorio abierto, sino que al limitar lo extenso, le da una propiedad particular, permite apreciarla de otra manera, le hace un homenaje a esa belleza.
Con esa decisión consigue tener
una comunicación más personal e íntima con el paisaje que lo rodea.
Esto se observa también en
muchas casas situadas cerca de lugares naturales, como el mar o la montaña, que
tienen ventanas pequeñas.
La fuerza natural del exterior
es tan fuerte y vital, que cuando sentimos la necesidad de escondernos en
nuestra «cueva», una forma de sentir la «protección» interior es enmarcando y
limitando las imágenes que desde dentro tenemos de ese afuera.
El poeta Camilo Sánchez hace decir a Johanna la cuñada de Vincent Van Gogh «…Es cierto que la patria se compone finalmente de la lista de paseos que puedas dar a pie alrededor de tu pueblo». (La viuda de los Van Gogh, Editorial Edhasa).
El poeta Camilo Sánchez hace decir a Johanna la cuñada de Vincent Van Gogh «…Es cierto que la patria se compone finalmente de la lista de paseos que puedas dar a pie alrededor de tu pueblo». (La viuda de los Van Gogh, Editorial Edhasa).
Cuando en ciertos lugares, por
ejemplo en algunas islas griegas, se ve una pequeña ermita o capilla y una
línea de color alrededor para señalar su límite o borde, sabemos dónde está la
parte pública y la privada de esa construcción. Ambas se retroalimentan, no
podría existir una sin la otra, y la escala o las dimensiones del espacio,
toman forma gracias a esa línea.
Esa dualidad, es la que me
permitió entender también que ante ciertas fronteras, el ser humano busca, y
muchas veces encuentra, maneras de crecer (y ser).
No siempre lo limitan, a veces
son un punto de partida y no solo de llegada.
Hugo A. Kliczkowski Juritz
Notas
1
Este artículo se publicó en la revista
coencuentros el 6 de febrero de 2018
2
2
La ideología como frontera o la
persecución al otro.
Konstantin Melnikov: fue un destacado arquitecto ruso, innovador y vanguardista. Uno de los principales representantes del constructivismo ruso, movimiento de vanguardia surgido en 1914, dentro del arte y la arquitectura, con mucha presencia después de la Revolución de Octubre de 1917.
Casa de Melnikov en Moscú (1929)
3
Un juego sin fronteras, donde
nada está rígidamente establecido
http://hugoklico.blogspot.com.es/2017/11/la-magia-de-xul-solar-por-hakj-parte-1.html
Xul Solar (su verdadero nombre era Oscar Agustín Alejandro
Schulz Solari), era una persona excéntrica, original, culta, estudiosa y
autodidacta, versado en astrología, ciencias ocultas, idiomas y mitologías.
Experto en la confección de cartas astrales y artista.
Fue un gran creador, e inventor
-entre otros-, del panajedrez, que contaba con 144 casilleros y 62 piezas, en
lugar de los 64 casilleros y 16 piezas del ajedrez tradicional.
Su amigo Jorge Luis Borges (1899-1986)
-dentro del Museo de Xul Solar en Buenos Aires hay una placa que pone que Borges
y Xul eran hermanos espirituales- lamentaba las reglas del juego,
«yo nunca entendí ese juego... Él daba una explicación, digamos, de tal regla
del juego; cuando uno la había entendido, cuando yo la había entendido con
mucha dificultad, porque soy de pensamiento lento, entonces ya Xul había
ido más adelante y había modificado lo que acababa de enseñarme; entonces me
comunicaba esa modificación, pero esa modificación la dejaba atrás también
enseguida…»
4
Una creatividad sin fronteras
https://hugoklico.blogspot.com.es/2016/12/johann-sebastian-bach-los-cambios-la.html
El clave bien temperado o bien
templado, fue su legado para demostrar cómo con la «nueva» armonía, se podían
escribir preludios y fugas en todas las notas de la gama cromática con sus
tonalidades mayores y menores.
En la Historia de la música, se
suele definir al Barroco musical como un período de 150 años, que van desde
1600 hasta la muerte de Bach en 1750.
Dejo estos links del film, uno de ellos en el metro, maravilloso.
Sin dar más detalles los invito a ver ambos.
https://youtu.be/DW_vuwUqeb8
5
Se sabe que es una obra original de Remo Giazotto porque el fragmento de Tomaso Albinoni, que supuestamente Giazotto encontró, solo disponía del pentagrama del bajo y de seis compases de la melodía.
6
La frontera del género.
Autoras que usaron seudónimos
de hombres para que su creación fuese reconocida y valorada. Y conseguir –como
así fue- que se le diera más importancia al texto que al género de sus autoras.
Fernán Caballero en realidad
era Cecilia Böhl de Faber y Larrea (1796-1877)
Amantine Lucile Aurore Dupin
(1804-1876) publicó bajo el seudónimo
de George Sand.
Las hermanas Brontë (entre
1816-1855) publicaron como Currer Bell, Ellis Bell y Acton Bell.
George Eliot fue el seudónimo
masculino de Mary Ann Evans (1819-1880).
Louisa May Alcott (1832-1888) utilizó el seudónimo de A. M. Barnard.
Víctor Catalá fue el seudónimo
que utilizó Caterina Albert (1869-1966).
Katharine Burdeckin (1896-1963) utilizó el seudónimo Murray Constantine
Joanne Rowling (1965) utilizó iniciales J. K. Rowling y no su nombre
Joanne, siguiendo los consejos de su primer editor.
Laura Albert (1965) firmaba
como J. T. Leroy. Tiene por ello una condena por fraude, daños y perjuicios,
por haber firmado como hombre siendo una mujer.
7
-arquitecto, ha obtenido varios
premios y menciones en concursos nacionales de arquitectura.
Entre ellos el premio DINERS de
la Bienal de Buenos Aires.
- antiguo director de Le Monde
diplomatique en español.
- fue profesor adjunto de
diseño en la Universidad de Bs Aires.
- fue director del programa de
radio “urbanidad” en Radio Splendid.
- cofundador de las revistas
Ambiente, Espacios CEPA y Casa Internacional
- editor de libros de arte y
arquitectura (editorial HK y Asppan)
- Editó más de 600 libros,
traducidos a 14 idiomas, y coeditado más de 300 títulos con importantes grupos
editoriales de todo el mundo. Varios de ellos obtuvieron 10 premios editoriales
y han sido incluidos en exposiciones.
Blogs:
Hugoklico.blogspot.com
Onlybook.es/blog
No hay comentarios:
Publicar un comentario